Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tu sustento con rameras, has matado para él el becerro cebado.

Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tu sustento con rameras, has matado para él el becerro cebado. Nótese la indigna reflexión sobre el padre común de ambos, implícita en estas expresiones: "tu hijo", "tu vida"; el hermano no sólo repudiando al otro, sino arrojándolo de nuevo sobre su padre, como si dijera: '¡Si tales son las emociones que despierta su regreso, tómenlo y alégrense de él!'

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