Y saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella dijo: La cabeza de Juan el Bautista.

Y saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella dijo: La cabeza de Juan el Bautista. Las mujeres abandonadas son más desvergonzadas y despiadadas que los hombres. La fidelidad del Bautista estropeó los placeres de Herodías, y esta era una oportunidad demasiado buena para deshacerse de él como para dejarla escapar.

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