Vino, pues, el pueblo a Moisés, y dijeron: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; orad a Jehová, que quite de nosotros las serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.

Hemos pecado. La gravedad del azote y la espantosa extensión de la mortandad les hizo caer en la cuenta del pecado; y por las intercesiones de Moisés, que imploraron, fueron curados milagrosamente. Se le ordenó que hiciera la figura de una serpiente de bronce, para elevarla sobre un poste o estandarte, a fin de que pudiera ser vista en los extremos del campamento, y que todo israelita mordido que la mirara pudiera ser curado.

Este método especial de curación fue diseñado, en primer lugar, para mostrar que era la eficacia del poder y la gracia de Dios, y no el efecto de la naturaleza o el arte; y por lo tanto, se eligió un signo externo, sobre la base de que la imagen del animal pestífero no podría ser confundida como poseedora de cualquier poder natural o virtud inherente de curación; también, para que pudiera ser un tipo de poder de la fe en Cristo para sanar a todos los que miran a él de sus pecados ( Juan 3:14 ).

Es probable que la serpiente de bronce no tuviera ningún significado simbólico. No era un tipo de Cristo; y la apelación a ella, como ilustración de la obra sustitutoria de Cristo, es válida sólo en estos dos puntos de semejanza: que estaba levantada sobre una columna o poste, que algunos suponen que tenía la forma de una cruz, y que la contemplación creyente de ella era eficaz para producir una curación corporal, como una consideración similar del Salvador conduce a la eliminación de la enfermedad espiritual.

Este punto de vista muestra lo infundado de la afirmación de Gesenius, de que el incidente es una prueba de que la serpiente era considerada como un poder benéfico entre los hebreos, así como entre los egipcios. Bunsen ("Bibelwerk", 5:, 217) extrae de ello una deducción más justa, según la cual la verdad histórica de esta narración, así como la importancia religiosa del signo, queda atestiguada por la cuidadosa conservación de la imagen metálica hasta un período avanzado de la monarquía (ver la nota en 2 Reyes 18:4 ).

Pero las conjeturas de este escritor en cuanto al posible modo de curación, así como las de los escritores racionalistas en general con respecto a la serpiente de bronce, son demasiado ridículas para darlas en detalle (ver Winer, 'Realworterbuch', sub voce).

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