Las aguas robadas son dulces, y el pan comido en secreto es agradable.

Las aguas robadas son dulces, y el pan (comido) en secreto es agradable. (cf. la respuesta a su señuelo.) La sabiduría ofrece su pan, abiertamente ante todos. Pero la Locura invita a pan comido subrepticiamente.

Contrasta con las "aguas robadas" del amor, o de cualquier lujuria del corazón,, "Bebe las aguas de tu propia cisterna, y las aguas corrientes de tu propio pozo". Nuestra corrupción es tal que la misma prohibición aumenta el placer ( 20:7-8) ('Siempre luchamos por la prohibición, y queremos la negación.'' Ovidio.) La dificultad, la rareza, el amor al engaño, todo abre el apetito por las "aguas robadas". El santo resiste la tentación. Compare el caso de David que deseaba las aguas de Belén, pero se negó a tomarlas cuando las obtuvo a riesgo de la vida de los tres que rompieron el ejército de los filisteos.

Las "aguas" de la locura contrastan con el "vino" especiado de la sabiduría.

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