Te alabaré con rectitud de corazón, cuando haya aprendido tus justos juicios.

Te alabaré con rectitud de corazón (es decir, sinceridad, en oposición al servicio formal de labios), cuando haya aprendido tus juicios justos , cuando hayas sido enseñado por ti las leyes de tu justicia. Para alabar a Dios correctamente, debemos aprender por la enseñanza del Espíritu Divino la santidad de Dios, reflejada en su palabra y leyes.

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