Vengan a mí tus misericordias, para que viva; porque tu ley es mi delicia.

Vengan a mí tus misericordias, para que viva; porque tu ley es mi delicia. Esta última es la reivindicación de mi vida espiritual; por eso pido confiadamente tu tierna misericordia para que me preserves en la vida física y espiritual, para que aún me deleite en tu ley, como ya es mi delicia.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad