Voces vivas recogerán los sonidos desfallecientes de instrumentos muertos, y cuando cesen en la tierra, los de espíritus redimidos inteligentes y santos ángeles, como con el sonido de poderosos truenos, prolongarán eternamente la alabanza, diciendo: "¡Aleluya! Salvación y gloria y honra y poder al Señor nuestro Dios: ... ¡Aleluya! El Señor Dios omnipotente reina". Amén.

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