Salmo 2:1-12

1 ¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos traman cosas vanas?

2 Se presentan los reyes de la tierra, y los gobernantes consultan unidos contra el SEÑOR y su ungido, diciendo:

3 “¡Rompamos sus ataduras! ¡Echemos de nosotros sus cuerdas!”.

4 El que habita en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.

5 Entonces les hablará en su ira y los turbará en su furor:

6 “¡Yo he instalado a mi rey en Sion, mi monte santo!”.

7 Yo declararé el decreto: el SEÑOR me ha dicho: “Tú eres mi hijo; yo te engendré hoy.

8 Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y por posesión tuya los confines de la tierra.

9 Tú los quebrantarás con vara de hierro; como a vasija de alfarero los desmenuzarás”.

10 Y ahora, oh reyes, sean sabios; acepten la corrección, oh gobernantes de la tierra.

11 Sirvan al SEÑOR con temor y alégrense con temblor.

12 Besen al hijo, no sea que se enoje y pierdan el camino; pues se enciende de pronto su ira. ¡Bienaventurados todos los que en él se refugian!

Salmo 2

El número y el autor de este Salmo se nos da en Hechos 13:33 y 4:25 respectivamente. Aun cuando los eventos guerreros del reino de David pueden haber sugerido el fondo imaginativo, las escenas pintadas y los temas presentados pueden hallar su aplicación en la historia y el carácter de Jesucristo, como testifican muy distintamente los escritores del N. T. según las citas anteriores y Hebreos 1:5 y 5:5. En un estilo sumamente vigoroso y poético, el escritor, en “cuatro estrofas de tres versos cada una”, expone la inveterada y furiosa, así como vana hostilidad de los hombres contra Dios y su ungido; la resolución de Dios de llevar a cabo su propósito; dicho propósito explicado más plenamente por el Hijo, a saber, el establecimiento del reino mediador y la destrucción de los que se le oponen; y la bendición para todos los que reciben a este poderoso y triunfante Rey.

1. se amotinan las gentes, etc.—Viendo en visión profética, a los pueblos y naciones como en tumultuosa asamblea, bramando como la mar, con propósitos de resistir al gobierno de Dios, el escritor prorrumpe en una exclamación en la que están mezcladas la sorpresa por la locura de ellos y la indignación por su rebeldía. Son naciones en general, no en contraposición a los judíos.

2. Los reyes y los gobernantes conducen a sus súbditos. estarán—sentados, resueltos. consultarán—están reunidos para deliberar; tiempo presente en otras versiones. su ungido—en hebreo, Mesías; en griego, Cristo (Juan 1:41). El ungimiento, como emblema de los dones del Espíritu Santo, se confería a profetas (Isaías 61:1). a sacerdotes (Éxodo 30:30), y a reyes (1 Samuel 10:1; 1 Samuel 16:13; 1 Reyes 1:39). De modo que este título es muy propio para aquel que tiene todos estos oficios, y era el que usaban generalmente los judíos antes de su venida, para designarlo (Daniel 9:26). Mientras que el profeta contempla la oposición general de los hombres, la pinta aquí en su aspecto culminante como se ve en el gran enjuiciamiento de Cristo. Pilato y Herodes, y los príncipes (Mateo 27:1; Lucas 23:1), juntos con el furioso populacho, están claramente pintados (Hechos 4:25).

3. Aquí se anuncian más distintamente los propositos rebeldes por esta representación de su manifestación tanto en palabras como en acciones. coyundas … cuerdas—todas las restricciones del gobierno.

4. Mediante una figura, cuyo atrevimiento se permite sólo a un escritor ínspirado, se relata la conducta y el lenguaje de Dios respecto a esta oposición. el que mora en los cielos—o está sentado, entronizado en reposada dignidad (cf. Salmo 29:10; Isaías 40:22). se reirá—en supremo desdén; la vana ira de ellos provoca su hilaridad. El sigue siendo el Señor, lit., el Soberano, aunque ellos se rebelen.

5. entonces hablará—Se despertó su justa indignación tanto como su desprecio. Para Dios, hablar es obrar, pues lo que resuelve lo hace (Génesis 1:3 : Salmo 33:9) turbarálos.—les infundirá el terror (Salmo 88:15).

6. Aquí se declara su propósito, en cuya ejecución envuelve la derrota de ellos. empero—es la conjunción “y” en sentido adversativo. he puesto—he ungido, o firmemente colocado, con alusión en el hebreo a “echar una imagen en el molde.” El sentido no varía materialmente en éste o aquel caso. mi rey—ordenado por mí y para mí (Números 27:18). sobre Sión, monte de mi santidad—o “mi santo monte”, colina elegida por David para la morada del arca, y la sede de la residencia visible de Dios, como (1 Reyes 8:1) también la de David, la cabeza de la Iglesia y la nación, y tipo de Cristo, era llamada santa, y la Iglesia misma vino a llamarse del mismo modo (Salmo 9:11; Salmo 51:18; Salmo 99:2; Isaías 8:18; Isaías 18:7, etc).

7. El rey, así constituído, de clara la ley fundamental de su reino, en la manifestación de su filiación, relación que envuelve su dominio universal. yo te engendré hoy—como en 2 Samuel 7:14 (“él será mi Hijo”), es un solemne reconocimiento de esta relación. La interpretación de este texto en el sentido de describir la inauguración de Cristo como Rey mediador en ninguna manera impugna la Eterna Filiación de su naturaleza divina. En Hechos 13:33, la cita de Pablo no denota una aplicación de este texto a la resurrección; porque “resucitar” levantar, aquí se usa en el sentido de Hechos 3:22, etc., para expresar su introducción al mundo como hombre, no en el de la resurrección, como en Hechos 13:34; Hechos 2:30; Romanos 1:4, donde se hace alusión a su muerte. Por la resurrección, dice Pablo, fué declarado, cuanto a su naturaleza divina, ser Hijo de Dios, lo que sólo enseña que aquel evento manifestó una verdad ya existente. Un reconocimiento similar de su filiación se presenta en Hebreos 5:5 con estas palabras, y con otras en Mateo 3:17 y 17:5.

8. Las esperanzas de los rebeldes quedan así defraudadas, y no sólo esto; el reino al que se oponen está destinado a ser coextensivo con la misma tierra. los términos de la tierraSalmo 22:27, denota la universalidad.

9. Sus enemigos se someterán a su terrible poder (Job 4:9; 2 Tesalonicenses 2:8), así como su pueblo se someterá a su gracia (Salmo 110:2). vara de hierro—expresa la severidad (Apocalipsis 2:27). vaso de alfarero—hecho pedazos, no puede ser remendado, lo que describe la destrucción total.

10-12. reyes … jueces—pues los gobernantes en general (Salmo 148:11) que han sido los caudillos de la rebelión, deberían ser ejemplos de la sumisión penitente, y por el temor a los terribles juicios, mezclado con la confianza en su misericordia, reconocer. besad—la autoridad del Hijo. perezcáis en el camino—eso es, repentinamente y sin conmiseración. encendiere un poco—o sea, por un poco de tiempo. que en él confían—o que se refugian en él (Salmo 7:11). Todavia los hombres alimentan en sus corazones la oposición a Cristo, y la evidencian en sus vidas. Sin confianza alguna, su ruina es inevitable (Hebreos 10:29), por otra parte, en el favor de él su felicidad está igualmente asegurada.

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