Ningún hombre, hablando por el Espíritu de Dios, etc. Les dice que si ven a una persona conmovida de una manera extraordinaria y dicen anatema, maldicen o hablan mal de Jesús, esa persona no puede ser movida por un buen espíritu. Y nadie puede decir, el Señor Jesús, es decir, alabar a Cristo como debe, sino con buen espíritu. (Witham)

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