No le digas: Salve; o la paz sea con ustedes, que Dios los apresure, todos salve; o use cualquier forma de saludarlo, como lo haría con un amigo, y mucho menos recibirlo o entretenerlo en su casa: esta amonestación es en general para advertir a las personas de los peligros que pueden surgir de la familiaridad con los herejes, y a los que enseñan la mala doctrina . Pero con esto no se prohíbe la cortesía, la bondad y la caridad sincera para con todos los hombres, por la cual debemos desear y orar por la salvación eterna de todos. Te traduzco Ave por la paz, porque este era el saludo habitual entre los judíos, y en aquellos tiempos, como vemos en Lucas xxiv. y John xx.

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