Y lo que es todavía un agravante para el peso de sus pecados, seducen y seducen a otros, almas inestables, no suficientemente fundamentadas en la fe y la virtud, prometiéndoles libertad y felicidad, aunque ellos mismos sean miserables esclavos de sus pasiones. Al mismo tiempo, los engañan por codicia, para obtener una parte de su dinero y riquezas. (Witham)

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