Aquí alude a ser fariseo, como él mismo menciona más abiertamente en Hechos xxiii. 6. Fariseo e hijo de fariseos. Esta secta siempre se distinguió por su celo por las tradiciones antiguas, lo que demuestra evidentemente que estaba muy lejos de ser instruido en una religión de la que era enemigo jurado; ni desde su conversión solicitó instrucción. Lo que entregó, no lo aprendió de los hombres, sino de Dios. Vea abajo.

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