Porque no has venido a la montaña, [7] & c. Es decir, a una montaña en la tierra que se puede tocar; a saber, al monte Sinaí, donde la ley fue dada a Moisés, donde la montaña parecía toda en llamas, con espantosos truenos y relámpagos, torbellinos, tinieblas, tempestades, sonido de trompetas, voces, etc. que los que oyeron se excusaron, rogando que sólo Moisés, y no Dios, pudiera hablarles, porque no podían sin gran consternación pensar en lo que entonces se dijo; que si algún hombre, o incluso una bestia, tocara la montaña, sería apedreado hasta morir.

(Éxodo xix. 15.) No, el mismo Moisés, temblando, estaba asustado. Este particular no se menciona en ninguna parte de la Escritura, pero el apóstol podría saberlo por revelación o por alguna tradición entre los judíos. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Ad tractabilem montem, griego: pselaphomeno orei. palabilem.

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