San Pablo tenía la costumbre de abrir las Escrituras primero a los judíos (Hechos xiii. 46.) y discutir con ellos sobre la base de la ley y los profetas. (Hechos xxviii. 23.) San Pablo hizo uso de los mismos pasajes de la Escritura para convencer a los judíos, como lo hizo Jesucristo en una ocasión similar. (Mat. Polus.)

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