San Pablo primero les pregunta si han recibido el Espíritu Santo por confirmación. Probablemente su respuesta no deba interpretarse con rigor; ya que debieron haber oído algo del Espíritu Santo, tan a menudo mencionado en el Antiguo Testamento, por quien se dice que hablaban los profetas, etc. Querían decir, no sabían que había en la Iglesia algún medio de comunicar este Espíritu a los fieles. (Calmet)

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