Fueron dispersos. Durante esta gran persecución de la Iglesia, los que no pudieron ocultarse, fueron dispersados ​​por diferentes países. Así aprovechó el Todopoderoso la malicia de sus enemigos, para mayor exaltación y gloria de su propio nombre. Para los que huyeron, llevaron consigo la luz del evangelio, adondequiera que fueran. (Tirinus) --- Eran antorchas encendidas, que comunicaban de su fuego sagrado a cada lugar, en el que estaban esparcidos.

(San Agustín, Serm. Cxvi.) --- Así se difundió el evangelio desde Jerusalén a toda Judea y Samaria. --- Y Samaria. Aunque nuestro Salvador en su vida les había prohibido predicar a los samaritanos, (Mateo x. 5.) ahora sabían que el tiempo de ese precepto había pasado. (Witham)

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