El mismo Simon creyó. Es decir, fingió creer, para obtener el poder de hablar en lenguas y hacer milagros, que con frecuencia se impartía a los fieles en el bautismo. (Menochius) --- Estaba lleno de orgullo y presunción, dice San Agustín. Quería imitar a los prodigios de los apóstoles, pero no amaba su justicia ni la verdad que predicaban. Entró en la Iglesia y deseó el bautismo, no para obtener la gracia de la justificación, sino para tener la ocasión de ensalzarse a sí mismo. Deseaba caminar en maravillas por encima de sí mismo. (En el Salmo cxxx.)

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