Los hijos mayores, como se mencionan primero, Éxodo vi. 23. --- Incensarios. En la misma noche de su consagración. --- Fuego. No tomado del altar de los holocaustos, cap. vi. 9. Ya sea que descuidaran hacerlo por respeto al fuego milagroso, o por descuido y falta de atención, su falta fue severamente castigada, por venial en sí misma; (Tirinus) para que todos aprendan a cumplir exactamente con los mandamientos de Dios y no se atrevan a dar explicaciones.

Por lo tanto, debemos evitar cuidadosamente mezclar la falsedad con la palabra de Dios. (Theodoret, q. 9.) (Worthington) --- Aquellos en el poder, como sacerdotes, si son negligentes, sufrirán grandes tormentos, Sabiduría vi. 7. Deben esperar ser tratados con rigor. (San Agustín, q. 21.) Estius infiere, del mandato de abstenerse de dar vino, (ver. 8) que estos sacerdotes habían estado bastante intoxicados. Josefo dice que no habían ofrecido víctimas adecuadas; y los Rabinos afirman que no estaban vestidos con las vestiduras sagradas, pero la Escritura solo los condena por tomar fuego extraño.

Algunos imaginan que todavía no se había dado ningún precepto formal. Pero ¿no había ordenado Dios (cap. 6, 9, 12) que las víctimas fueran quemadas con el fuego perpetuo sobre el altar, y no eran estos jóvenes sacerdotes culpables de imprudencia al hacer cualquier cosa de su propia cabeza, sin instrucciones positivas? ? De ahí que algunos infieran que su ofensa fue mortal y que su castigo fue un preludio de tormentos eternos; mientras que otros esperan piadosamente que su pecado fue sólo venial, y que fue expiado por su arrepentimiento y muerte violenta, en cuyo sentido Filón explica que murieron ante el Señor. Por eso fueron enterrados honorablemente.

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