Y Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno de ellos su incensario, y encendieron fuego, y pusieron sobre él incienso, y ofrecieron (a) fuego extraño delante de Jehová, que él no les mandó.

(a) No quitado del altar, que fue enviado del cielo, y soportó hasta el cautiverio de Babilonia.

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