1. Y Nadab y Abihu, los hijos de Aarón. Aquí se registra una circunstancia memorable, de donde parece que Dios abomina todos los pecados por los cuales la pureza de la religión está corrupto. Aparentemente fue una transgresión leve usar fuego extraño para quemar incienso; y de nuevo su falta de consideración parecería excusable, porque ciertamente Nadab y Abihu no deseaban intencionalmente o no contaminar las cosas sagradas, pero, como suele ser el caso en materia de novedad, cuando se concentraban demasiado en ellos, su precipitación los condujo en error La severidad del castigo, por lo tanto, no agradaría a esas personas arrogantes, que no dudan excesivamente en criticar los juicios de Dios; pero si reflejamos cuán sagrada es la adoración de Dios, la magnitud del castigo no nos ofende de ninguna manera. Además, era necesario que su religión fuera sancionada desde el comienzo; porque si Dios hubiera sufrido que los hijos de Aarón transgredieran impunemente, habrían descuidado descuidadamente toda la Ley. Esta, por lo tanto, era la razón de tal severidad, que los sacerdotes debían mirar ansiosamente contra toda profanación. Su crimen se especifica, a saber, que ofrecieron incienso de una manera diferente a la que Dios había prescrito, y consecuentemente, aunque pudieron haber errado por ignorancia, aun así fueron condenados por el mandamiento de Dios de haber establecido negligentemente lo que era digno de mayor atención El "fuego extraño" se distingue del fuego sagrado que siempre ardía sobre el altar: no milagrosamente, como algunos pretenden, sino por la constante vigilancia de los sacerdotes. Ahora, Dios había prohibido que se usara cualquier otro fuego en las ordenanzas, con el fin de excluir todos los ritos extraños, y mostrar Su detestación de lo que pueda derivarse de otra parte. Aprendamos, por lo tanto, a prestar atención al mandato de Dios de no corromper su adoración con ningún invento extraño. Pero si tan severamente se vengó de este error, ¡qué horrible castigo les espera a los papistas, que no se avergüenzan obstinadamente de defender tantas corrupciones groseras!

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