En griego se llama epiousion; es decir, supersustancial. Este no es el pan que entra en el cuerpo, sino el pan de vida eterna, que sostiene la vida del alma. Aquí se le llama pan de cada día. Recibe entonces a diario lo que te beneficiará a diario; y continúe viviendo así, que pueda estar diariamente en la debida disposición para recibirlo. Todos los que están bajo pecado han recibido una herida y deben buscar una cura. La cura es este sacramento celestial y venerable. (San Agustín, Serm. Ii. De verbo Dei.)

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