Como antes, prometió bendiciones a los que tienen hambre, a los que lloran, a los marginados por causa de Cristo; así que aquí, y en el siguiente verso, denuncia maldiciones a los que se llenan, que ríen y son alabados; es decir, a aquellos que buscan hasta ahora su bienaventuranza en el disfrute presente, que se vuelven indiferentes con respecto a las cosas buenas del mundo venidero. (Haydock)

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