Jesucristo, habiendo declarado cuán meritoria era la pobreza de espíritu para la vida eterna, procede a denunciar severos castigos sobre los ricos y orgullosos. (San Cirilo en Santo Tomás de Aquino) --- Aunque en las grandes riquezas hay grandes alicientes al pecado, no faltan aun en ese estado grandes incitaciones a la virtud; ni este ay está dirigido contra los que abundan en opulencia; sino contra "los que abusan de la opulencia que les ha otorgado la Providencia: Non enim census, sed impactus, in crimine est". (San Ambrosio)

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