Uno es su maestro, o maestro, que es el Cristo, y bajo él un vicario, el sucesor de San Pedro, con quien todos los maestros católicos son uno, porque todos enseñan una y la misma doctrina en cada parte del mundo cristiano. ; Considerando que en la multiplicidad de sectas modernas, que cada día se dividen y subdividen en sectas nuevas, no se pueden encontrar dos líderes que enseñen exactamente los mismos principios en todos los puntos; ya que a cada uno no solo se le permite, sino que se espera que siga su propio espíritu privado y que construya su credo sobre su propia interpretación de las Escrituras. (Haydock)

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