Muchos vinieron a Cristo para suplicar ser curados de sus enfermedades corporales; ni leemos de uno solo aquí, que vino para ser liberado de la enfermedad espiritual. Sin embargo, nuestro bendito Salvador, soportando su imperfección, condesciende a sanarlos, para que de allí pueda aprovechar la ocasión de excitar su fe y prepararlos para su curación espiritual. (Jansenius) --- Es muy lamentable que la conducta de los cristianos en la actualidad no sea más razonable que la de los judíos aquí mencionados.

Si el Todopoderoso, dice el elocuente Masillon, no tuviera el poder o la voluntad de dispensar bienes y males, cuán pequeño sería el número de los que alguna vez se retirarían al templo para presentarle su petición. (Haydock) --- Nuestro Salvador no pregunta, si creyeron, como lo hizo en otras ocasiones; le habían dado pruebas suficientes al traer a sus enfermos de lugares distantes. (San Juan Crisóstomo, hom. Xiv.)

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