Griego: Epistrapseis kai idon, volviéndose y viendo, como si fuera un ignorante, y quisiera ver quién lo había tocado, como relatan los otros evangelistas. En San Marcos (v. 29) vemos que se curó al tocar el manto; y Jesús solo confirma la curación por lo que dice en el versículo 34. --- Pero Jesús se dio la vuelta. Nuestro divino Salvador, temiendo alarmar a la mujer con sus palabras, le dice inmediatamente: Ánimo; y al mismo tiempo la llama su hija, porque su fe se la había hecho así. (San Juan Crisóstomo)

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