Pero Jesús le hizo volverse, y cuando la vio, dijo: Hija, ten un buen consuelo; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.

Ver. 22. Pero Jesús le dio la vuelta ] Para que él mismo lo notara y lo notificara a los demás. Por estas razones, dice Crisóstomo: 1. Para liberar a la mujer del miedo, no sea que su conciencia la llame recreativa, como quien había robado una cura. 2. Para compensar en ella lo que le faltaba a su fe, si tuviera tal pensamiento, hacer Cantares de los Cantares 3:1,11 .

Para manifestar su fe, para la imitación de otros hombres. 4. Dar a conocer su omnisciencia y, por tanto, su Divinidad. 5. Para confirmar la fe del gobernante, y así prepararlo para una mayor misericordia. 6. Para enseñarle a ella ya nosotros que no su vestido, sino él mismo, hizo la curación. Esto contrasta con la picardía papista de adorar las reliquias, como las ropas en las que se envolvió el cuerpo de Cristo, de cuya virtud Paleottus, arzobispo de Bonony, expuso un gran libro, el año 1617 d.C.

Y la mujer fue sanada, etc. ] Apenas vale la pena relatar esa fábula registrada por Eusebio; que esta mujer pusiera a su puerta en Cesarea de Filipo una estatua de bronce en honor de nuestro Salvador; cerca de donde crecía cierta hierba buena para todas las enfermedades. Ireneo (mucho más antiguo que Eusebio) reprende a los herejes, llamados Gnostici, por llevar consigo la imagen de Cristo hecha en tiempo de Pilato, según su propia proporción; usando también como declaración de su afecto hacia él para poner guirnaldas sobre la cabeza.

Y en la época de Epifanio (que vivió poco después de Eusebio) las imágenes y estatuas de Cristo o de los santos eran aborrecidas por los cristianos. Los turcos no tolerarán ninguna imagen, ni siquiera en su moneda, debido al segundo mandamiento; ya los papistas, por sus imágenes, los llaman idólatras.

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