Y oré al Señor, mi Dios, e hice mi confesión, un reconocimiento franco de la pecaminosidad de uno, preparando el camino para la adoración apropiada del Señor, y dije: Oh Señor, el Dios grande y terrible, Aquel cuyo temor y terror es sobre todos los que son sus enemigos, guardando el pacto y la misericordia con los que lo aman y con los que guardan sus mandamientos, cf Deuteronomio 7:9 :

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