Y oré a Jehová mi Dios, e hice mi confesión y dije: Oh Señor, Dios grande y terrible, que guardas el pacto y la misericordia para con los que le aman y con los que guardan sus mandamientos;

Ver. 4. Y oré al Señor mi Dios, e hice mi confesión. ] Los santos mismos, cuando pecan contra Dios, son suspendidos del pacto; por eso es su costumbre cuando buscan al Señor por alguna misericordia especial, comenzando con confesiones humildes, como lo hace David, Esdras, Daniel.

Oh Señor, Dios grande y terrible. ] Es bueno en el comienzo de nuestras oraciones proponernos a Dios bajo tales atributos y nociones espirituales en las que podamos ver lo mismo por lo que oramos. Haec est ars orandi et mendicandi.

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