No hay nada mejor para un hombre que comer y beber y hacer gozar bien su alma en su trabajo, haciendo uso alegre de todas las bendiciones que Dios concede a sus hijos y aceptándolas con un corazón agradecido. Esto también vi, que era de la mano de Dios, es decir, el sentimiento de contento tranquilo y agradecido en medio de todas las vicisitudes de la vida.

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