Y el Señor Dios hizo que Adán cayera un sueño profundo, y se durmió; y tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. El sueño es el restaurador natural del vigor corporal y mental del hombre y no el resultado del pecado. Pero aquí estaba el factor inusual: Dios deliberadamente hizo que un sueño profundo cayera sobre Adán, quitándole así toda la conciencia del mundo exterior y de su propia vida. Luego quitó una de las costillas del hombre, cerrando el espacio vacío con carne.

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