Y pasará a su fortaleza por temor, es decir, el rey de Asiria, hasta ahora el fuerte refugio de su pueblo, huirá aterrorizado, y sus príncipes tendrán miedo de la bandera, esparcidos en salvaje confusión ante el ataque de Jehová, dice Jehová, cuyo fuego está en Sion y Su horno en Jerusalén, la luz de Su divina presencia brilla desde Su santa congregación. Con Dios en medio de ella, con la luz iluminadora de Su Palabra y con el poder destructor de Su ira contra Sus enemigos, la Iglesia de Dios de todos los tiempos está segura.

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