Toma el cinto que te has hecho, que está sobre tus lomos, ahora sucio a causa del desgaste con el que fue puesto, y levántate, ve al Éufrates, el gran río que anteriormente había formado el límite extremo noreste del reino unido y el límite occidental de Mesopotamia, y esconderlo allí en un agujero de la roca, en una hendidura de las colinas cerca de la orilla del río.

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