Sí, tú, rechaza el temor, destruye, anula, quebranta la verdadera piedad y refrena la oración ante Dios, dañando y quitando la actitud devocional apropiada, las cuales son necesarias para la observación de la adoración apropiada del Señor.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad