(4) Sí, rechazas el temor y refrena la oración ante Dios.

Esto, si hubiera sido cierto, habría sido una acusación muy pesada; y si era falso, convertiría a Elifaz en un transgresor. ¡Lector! puede concluir con seguridad que un estado sin oración es un estado sin gracia. Y por el contrario, donde se derrama un espíritu de súplica, esa alma se deleitará en acercarse a DIOS.

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