Que las tinieblas y la sombra de la muerte lo manchen, la más densa oscuridad, la más profunda oscuridad de la muerte lo reclame y lo cubra como una cosa inmunda; que una nube more sobre ella, acampando sobre ella, oscureciéndola y ocultándola para siempre; Deje que la oscuridad del día lo aterrorice, con la idea de que, así como un día parece más lúgubre y más lúgubre después de haber sido iluminado por un destello de luz, la lúgubre amargura de la oscuridad debería asentarse sobre el día de su nacimiento como una forma de retribución por permitirle nacer.

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