Y cuando alguno ofrezca ofrenda a Jehová, su ofrenda será de flor de harina. Esto también era una oblación, o regalo, que se acercaba al Señor con el propósito de establecer una verdadera comunión, y podía hacerlo cualquier miembro de la congregación, sin importar si era hombre o mujer. En estas oblaciones sólo se utilizaría la mejor harina de trigo. Y derramará aceite sobre ella y pondrá sobre ella incienso. El incienso no se mezcló con la harina y el aceite de oliva, sino que se añadió de tal manera que se pudiera sacar por completo del recipiente en el que se ofrecía.

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