Sea expuesta mi oración delante de ti como incienso, como las nubes de incienso ardiente que se levantaron ante el rostro de Jehová en el templo, como la ofrecía el sacerdote oficiante en el altar de oro en el Lugar Santo, Éxodo 30:8 ; Apocalipsis 8:3 , y el levantamiento de mis manos, en actitud de ferviente oración, como el sacrificio vespertino, que, si el Señor lo acepta con gracia, cierra bien el día y deja al adorador con una sensación de paz y seguridad en las manos de Jehová, Éxodo 29:38 .

El cuadro es el de las oraciones que son aceptables para nuestro Padre celestial y escuchadas. Al mismo tiempo, cada creyente se esfuerza por alcanzar la perfección y necesita la ayuda de Dios para luchar contra su propia naturaleza malvada.

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