Besa al Hijo, aclamándolo con el verdadero beso de homenaje, no sea que se enoje y perezcas en el camino cuando su ira se encienda un poco. Cercano está el día de la ira; pero un poco de tiempo y la ira del gran Juez del mundo golpeará a los orgullosos burladores de su gracia. Es hora de que todos los hombres piensen seriamente en la salvación de sus almas. Bienaventurados todos ellos, las mil bendiciones son sobre ellos, que ponen su confianza en él, refugiándose en su misericordia; porque la salvación eterna es de ellos. Todos aquellos que ponen su fe y confianza en Jesucristo como su único Redentor no serán avergonzados, sino que estarán seguros en Su amor por toda la eternidad.

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