Juzgame, oh Dios, declarándolo justo por sentencia judicial, decidiendo a su favor, y desechando así las acusaciones falsas de los enemigos; porque he caminado en mi integridad, en pureza de corazón, libre de maldad. También he confiado en el Señor; por lo tanto, no me deslizaré, más bien, sin vacilar si hubiera depositado su confianza en Jehová, por lo que confiadamente esperaba que el Señor participara en su desgracia actual.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad