Contra ti, solo contra ti, he pecado y cometido este mal ante tus ojos, porque toda transgresión de la ley, ya sea dirigida contra la primera o la segunda mesa, es una infracción de la voluntad de Dios y un insulto a su voluntad. dignidad y santidad; porque somos responsables solo ante Dios, también en nuestra conducta hacia nuestro prójimo, nuestra disculpa al prójimo por un mal cometido es un fruto de nuestro arrepentimiento frente a Dios; para que seas justificado cuando hables, y seas claro cuando juzgues, porque cada pecado que sea revelado y castigado servirá al final para exponer la santidad y justicia de Dios, para glorificarlo en la perfección de su esencia.

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