Victoria sobre el pecado y la muerte

1 Corintios 15:42

La vida del otro lado será tan real y seria como aquí. No nos disolveremos en una fina niebla ni revolotearemos como fantasmas incorpóreos. Cada uno de nosotros recibirá un cuerpo como el que tuvo nuestro Señor después, resucitó de entre los muertos. Será un cuerpo espiritual, capaz de ir y venir según un deseo o un pensamiento; un cuerpo que se adaptará perfectamente a su entorno espiritual mundial. El postrer Adán, nuestro Señor, hará esto por nosotros.

Pero mientras tanto debemos contentarnos con hacer el mejor uso posible de la disciplina de la vida terrenal, manteniendo nuestro cuerpo puro y dulce como templo y vehículo del Espíritu Santo hasta que nazcamos en la siguiente etapa de la existencia. Siempre lo físico antes que lo psíquico y lo psíquico antes que lo espiritual.

¡Qué triunfo resuena en esos últimos cuatro versos! Mientras generaciones de cristianos han estado alrededor de los restos mortales de sus amados, han pronunciado estas palabras de esperanza inmortal. Las notas de la trompeta llamarán a los que han muerto y a los santos que aún viven en la tierra, a una gran hueste de humanidad transfigurada y redimida. ¡Oh dia feliz! Entonces seremos manifestados, recompensados ​​y glorificados con Cristo. ¡Todos los misterios resueltos, todas las preguntas respondidas! Hasta entonces, abundamos siempre en la obra del Señor.

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