Pasamos ahora a esa sección del Libro en la que, bajo el orden celestial por la administración terrenal, los acontecimientos proceden hacia la gran consumación. El Cordero, sosteniendo el libro, rompe los sellos.

El apóstol escuchó la voz de uno que gritaba: "Ven", y vio a uno que simbolizaba la realeza y que "avanza conquistando y para vencer". Este es el Anticristo, la falsificación más completa del Cristo mismo por parte de Satanás.

La ruptura del segundo sello revela el tema del reinado del Anticristo, la guerra y la carnicería. La tierra está sumida en todos los terrores del despotismo de la falsa autoridad.

La apertura del tercer sello trae una revelación de la necesidad que sigue a la guerra y la carnicería. Surge un despotismo comercial que escasea las necesidades de millones y deja intactos el aceite y el vino que son el lujo de los ricos.

La ruptura del cuarto sello muestra la cuarta fase de desgobierno. La muerte en todas sus formas más terribles, por la espada, el hambre, la pestilencia y las fieras, arrasa la cuarta parte de la tierra.

Al abrirse el quinto sello, Juan escuchó el clamor de los santos sacrificados por su lealtad a la Palabra de Dios. Aún no ha llegado el final.

La apertura del sexto sello es seguida inmediatamente por las premoniciones del que vendrá. Sobre todo el gobierno de lo falso hay signos del orden establecido de lo verdadero. La tierra misma se sacude, el sol se ennegrece, la luna se vuelve como sangre, las mismas estrellas del cielo caen. El efecto sobre la tierra es de terror absoluto y abyecto.

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