Nuevamente estalló la persecución en Jerusalén, y el primero de la banda apostólica sufrió el martirio a manos de Herodes. Una frase reveladora acerca de Herodes es la que declara que cuando "vio que [la muerte de Jacobo] agradó a los judíos, procedió a apresar también a Pedro". Sin embargo, esto no fue permitido por el gobierno divino. La oración de la Iglesia reunida fue escuchada y respondida.

Puede que nos siga siendo una pregunta desconcertante por qué James fue asesinado y Pedro librado. No hay explicación. Sin embargo, la revelación de los hechos es reconfortante. Que Dios liberó a Pedro prueba Su poder para haber librado a Santiago. El hecho de que no librara a Santiago prueba que la muerte de Santiago también estaba dentro del alcance de Su voluntad, y sabemos que en la gran Revelación se verá que todo fue correcto.

Hay algo muy gráfico en el contraste entre las fuerzas opuestas que de paso se revela. Desconcertado, enojado, engreído, Herodes se fue a Cesarea. Allí una manifestación popular lo proclamó dios. No rechazó la descripción y quedó prendado. Ahora observe cuidadosamente la declaración que sigue, y que es introducida por la palabra "Pero", que sugiere un contraste. "La Palabra de Dios crecía y se multiplicaba". Así ha sido a lo largo de todos los siglos. Tarde o temprano, los que se han opuesto a Cristo han sido apartados, mientras que la marcha de la Palabra triunfante no ha cesado ni un instante.

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