'Todo es lícito, pero no todo conviene. Todo es lícito, pero no todo edifica.

Una vez más, acepta su propio desafío de que 'todas las cosas nos son lícitas' (compare 1 Corintios 6:12 ). Muy bien, dice, pero no son necesariamente convenientes, no necesariamente para lo mejor, no necesariamente para bien. Tales cosas pueden serles lícitas, pero no las edifican ni a ellas mismas ni a quienes las ven en el acto.

Más bien les hacen daño a ambos. Por tanto, lo que es de primordial importancia no es la afirmación de la libertad, por cierta que sea, sino la preocupación por mostrar amor al prójimo. La libertad es gloriosa, pero la libertad mal utilizada es en este caso diabólica.

Una vez más tenemos aquí un ejemplo del peligro de lo que parecen ser frases de escándalo sensatas, pero que resultan no serlo, pues siempre hay que matizarlas de alguna manera. Los dichos trillados tergiversan la verdad.

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