"Por tanto, mis amados hermanos, sed firmes, inamovibles, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestra labor no es en vano en el Señor".

Entonces, ¿qué significa esto para nosotros? ¿Significa que podemos pecar libremente porque todo nuestro pecado recae sobre Cristo? Seguramente podemos escuchar a Pablo decir con bastante claridad: '¡Dios no lo quiera!' De hecho, es por esto, dice, que debes ser 'firme, inamovible, siempre abundando en la obra del Señor'. Habiendo recibido una liberación tan grande, deben concentrar todos los esfuerzos en ser semejantes a Cristo, en dejar que Cristo haga Su obra a través de ellos.

En mostrar el amor de 1 Corintios 13 , en revelar los verdaderos dones espirituales en el ministerio al pueblo de Dios, en la adoración verdadera y unida, y en una vida santa y justa. Y por último, pero no menos importante, acercando a los perdidos para traer la cosecha de Dios. (Compárese con 1 Corintios 16:10 ). Nuestras vidas deben reflejar la perfección y el propósito de Su vida.

"Inquebrantable, inamovible, siempre abundante". Esto representa un compromiso total, una fe firme y una actividad continua en Cristo en todas las esferas. No hay lugar para el pecado, no hay lugar para el egoísmo. Todo lo que Cristo haría en la tierra, debemos hacerlo. Eso es lo que nos exige la promesa del futuro. Debemos revelar la naturaleza celestial ( 1 Corintios 15:49 ) y el poder celestial.

"Porque sabéis que vuestro trabajo no es en vano en el Señor". Y es por eso que debemos hacerlo. Porque sabemos que el Señor ha triunfado. Porque sabemos que Él nos resucitará. Porque de ahora en adelante sabemos que a la luz de Su resurrección el propósito de nuestro trabajo es significativo, y la recompensa por nuestro trabajo es segura. Por eso nuestro servicio nunca puede ser en vano. Pueden surgir dificultades. El camino puede resultar duro. Pero el triunfo final está asegurado. Entonces, ¿cómo podemos dejar de desempeñar nuestro papel plenamente en él?

Debemos notar aquí cómo Pablo eligió terminar este pasaje. Es con una exhortación a una vida recta y a la santidad. La doctrina era importante para que pudiéramos conocer la verdad acerca de la resurrección, pero igualmente importante es nuestra respuesta a esa doctrina. Sin lo último, lo primero no son más que palabras vacías. Pablo no tiene lugar para grandes teóricos cuyas vidas no revelan la verdad de lo que enseñan. Como Santiago, diría, 'la fe sin obras está muerta'.

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