Jesús le dice: "Yo soy el que te hablo".

Jesús no dudó en hacerle saber en voz baja que Él era el Prometido que vendría. En él había llegado la verdad. Incluso si se ha utilizado el término Mesías, no había peligro de que se entendiera mal el término en Samaria. Tenían ideas completamente diferentes a las de los judíos. Aquí no había peligro de un levantamiento popular por estos motivos. A los judíos se presentó a sí mismo como "el Hijo del Hombre". Pero para el samaritano podría ser 'el Mesías', el 'Taheb', el Revelador de la verdad. No entenderían al 'Hijo del Hombre'.

De modo que Él le muestra gentilmente que ha venido como un regalo de Dios a los hombres, ofreciendo agua viva para revivir los corazones de los hombres y burbujear dentro de ellos para que su sed espiritual pueda ser satisfecha continuamente. El resultado será que recibirán la vida eterna, la vida del Espíritu, y podrán adorar a Dios en Espíritu y en verdad.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad