“Y cuando llega a casa, reúne a sus amigos y vecinos y les dice: 'Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido'”.

Al llegar a casa, el pastor reúne a sus amigos y vecinos y les anuncia que ha encontrado a su oveja perdida. Tal celebración puede parecer un poco excesiva al principio, pero debemos recordar que el pastor conocería a las ovejas por su nombre y no solo estaría pensando comercialmente. Había encontrado una oveja amada. Entonces estos 'pecadores' (a diferencia de los fariseos) se reunirían todos para regocijarse por el hallazgo de la oveja perdida. No es necesario que asumamos que el regocijo resultó en una comida costosa, aunque sin duda había algún refrigerio disponible.

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