Conversación sobre los pasos: Pablo se dirige a los judíos. Josefo ( Guerras, II. Xiii. 5, Ant. XX. Viii. 6) nos habla de un judío egipcio que, bajo Félix, condujo a 30.000 hombres al Monte de los Olivos con promesas del reino mesiánico. Escapó cuando sus seguidores fueron asesinados y dispersados; el tribuno aquí supone que los judíos se están vengando de él. Se sorprende al escuchar a Pablo hablar griego: no está claro qué idioma esperaba que usara el egipcio.

Los asesinos son los Sicarii, hombres de la daga, que fueron el partido judío extremo y sembraron el terror en Judea en los días de Félix (p. 610). Parece poco probable que Pablo, después de su rudo uso, esté ansioso por dirigirse a la multitud emocionada a sus pies, como también lo es que el tribuno le haya permitido hacerlo. Pero esta es la última oportunidad para que Pablo se dirija al pueblo judío; las escaleras dan la posición, y se le exhibe una vez más gozando del favor de un funcionario romano ( cf.

Hechos 13:7 ,Hechos 18:12 y sigs.).

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