Efesios 3:20

I. El pensamiento central de este pasaje es la capacidad y la voluntad de Dios en Cristo Jesús para actuar de acuerdo con cada posible medida de necesidad humana en cada momento posible. Si nos diéramos cuenta de esto, ¡qué aspecto diferente le daría a esta pobre vida nuestra! Cuán pequeñas e inútiles serían las cosas que más nos encantarían. Con qué valentía y calma debemos soportar las pruebas de nuestra vida. Qué bien deberíamos deshacernos de todo este miedo, duda y tristeza sobre el mañana que oscurece nuestro hoy. Cuán duro deberíamos ser capaces de trabajar, con el pulso en cada dedo y la esperanza en cada palabra, como les decimos a los jóvenes para quienes el deseo de nuestro corazón es que sean salvos: "Dios es poderoso".

II. En este notable versículo tenemos un ejemplo maravilloso de la forma acumulativa de hablar de Pablo. La forma en que Paul asciende en su pasión me llamó la atención una vez cuando estaba en Gales. Subía una pendiente alta y rocosa. En primer lugar, me llevó a través de un prado; después del prado había un camino ascendente a través de un bosque; un poco más arriba capté un destello del río más allá; más arriba vi las rocas escuálidas y las altas colinas detrás; más arriba vi los campos de maíz dorado a sus pies; y subí aún más, hasta que enseguida más allá en el horizonte vi las montañas cubiertas de negro más altas que todas; y todavía tenía que levantarme, y levantándome, por fin me paré en la cima y dije mientras miraba a mi alrededor: "Esto es la perfección.

"Pero no lo fue, porque al girar en una dirección percibí una vista que no había captado antes. ¿Qué crees que fue? Fue un destello del mar infinito que se extendía más allá de todo lo que se podía entender, para encontrarse con el cielo infinito. Paul llega a esa altura, y luego quiere un par de alas para volar. Y luego vuelvo y me digo a mí mismo: "Este texto es para mí".

J. Jackson Wray, Christian World Pulpit, vol. xxvii., pág. 297.

Referencias: Efesios 3:20 ; Efesios 3:21 . Spurgeon, Sermons, vol. xxi., núm. 1266; HW Beecher, Sermones, 1870, pág. 619; J. Duncan, El púlpito y la mesa de comunión, pág. 406; A. Maclaren, El secreto del poder, pág. 130.

Efesios 4:1 . HJ Wilmot-Buxton, La vida del deber, vol. ii., pág. 146; Revista del clérigo, vol. vii., pág. 145; Sermones sencillos de los colaboradores de " Tracts for the Times " vol. x., pág. 36. Efesios 4:2 . FW Farrar, Christian World Pulpit, vol. xix., pág. sesenta y cinco.

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